Tengo que decir que éste es uno de los proyectos que más he disfrutado. Se aunaban varios factores para conseguir que se convirtiese en uno de mis favoritos. Los clientes eran encantadores, muy exigentes pero sabían transmitir lo que buscaban de forma que te facilitaban mucho el trabajo. La casa era espectacular, fruto del estudio de arquitectura M+M, que se implicó muy activamente en la selección del mobiliario. Y finalmente el estilo de mobiliario que buscaban era muy acorde a mis gustos personales pudiendo incluir en el proyecto algunas piezas de mis diseñadores favoritos.
La casa, como digo, era espectacular y el emplazamiento también, rodeada de zonas ajardinadas y con un jardín con zona cubierta que la hacía muy disfrutable con buena temperatura. Esto además añadía mobiliario en el exterior acorde al estilo interior de la vivienda, ya que la visión del jardín era recurrente en todas las estancias.
El mobiliario escogido para los sofás era de Paola Lenti, con tejidos aptos para exterior y muy confortables. Las estructuras son de acero inoxidable por lo que no dan ningún problema. La modulación de los asientos además permite variar las composiciones según necesidades. La mesa y las sillas son de la firma catalana Bivaq con un diseño sencillo y muy confortable.
En el interior el mobiliario mezclaba piezas clásicas con diseños más actuales de una forma muy armónica, buscando una sensación de orden sin perder el toque acogedor que se respiraba en toda la casa. El salón principal se ordenaba en torno a una chimenea a dos caras; una de ellas miraba al interior y la otra miraba al jardín. A ambos lados de la chimenea se colocaron sofás Elan de Jasper Morrison para Cappellini y como mesa de centro se colocaron dos mesas Phoenix de Patricia Urquiola para Moroso. Se acompañaba con un rincón de lectura con dos butacas de Carl Hansen con mesita a juego y la famosa lámpara AJ en acabado antracita (como podéis ver en la primera foto de esta entrada).
El comedor se encontraba en una estancia contigua al salón y se amuebló con una mesa Less, de Jean Nouvel para Molteni, lacada en blanco y las sillas Cherner, un clásico que en ese momento distribuía la empresa Classicon y que fueron el verdadero quebradero de cabeza del proyecto por culpa de los larguísimos plazos de entrega y la eliminación de acabados. La estancia se completaba con las lámpara Glo-Ball de Jasper Morrison para Flos que añadían una iluminación casi onírica a la estancia convirtiéndola en un comedor singular y muy sugerente. Me gustaba esta estancia especialmente por las posibilidades estéticas que tenía; al usarse acabados, formas y colores muy básicos permitía decorarla de formas muy distintas, más clásicas o más modernas según el tipo de celebración sin perder un ápice de estilo y personalidad.
El office era el paso intermedio entre la cocina y el comedor y realmente era el lugar donde se iba a comer y desayunar a diario. Tuve el privilegio de estrenarlo con la familia de los propietarios y no pudo ser un momento más agradable, a pesar de la larga jornada de montaje. La mesa Saarinen con las Plastic Chairs de los Eames hacen un conjunto fantastico y de fácil mantenimiento y limpieza.
En la otra punta de la casa estaba la zona de estudio y de invitados, que era una zona casi independiente comunicada con la vivienda principal por un pasillo que también hacía las veces de biblioteca, al estar recorrido en uno de los laterales por estantes de madera para albergar todos los libros de la casa. En la segunda planta del estudio se alojaban estas mesas de trabajo que podéis ver en la foto. Son el modelo Fronzoni de Cappellini, que también es el modelo de las camas de los dormitorios juveniles. Esta serie de mobiliario se basa en una estructura muy geométrica de acero lacado cuya simplicidad la hace pervivir como una pieza actual en el catálogo de este fabricante a pesar de que se diseño en 1964. En los dormitorios se colocaron mesillas distintas para cada usuario. La que veis en la foto era un carrito de acero lacado en colores personalizados de la carta RAL del fabricante holandes Müller.
En la zona más alta de la casa se encontraba el salón de juegos y de televisión. Un lugar privilegiado por las vistas que se potenciaban con ventanales apaisados colocados a una altura bastante baja, para poder admirar el paisaje tranquilamente sentado o tumbado en los sofás. La habitación se vistió pensando en convertirla en una zona lúdica y de relax para estar sentado o tumbado en los sofás o en el suelo, por eso se revistió con una gran alfombra de bucles de lana. Los sofás modulares eran de la firma valenciana Viccarbe tapizados en un tejido escogido especialmente por la propiedad. Los puffs con formas de piedras son de una empresa francesa. El colorido de toda la estancia está escogido a tono con el paisaje del exterior, para fomentar la sensación de estar integrado con él.
Por último comentar que a toda la iluminación de la casa se le prestó una especial atención, tanto desde el punto de vista decorativo con lámparas de los mejores fabricantes (Flos, Cattelani&Smith, Artemide, etc.) como desde el punto de vista de la iluminación técnica (Modular Lighting, etc.).
Afortunadamente he visitado muchas casas espectaculares pero ninguna con el encanto de ésta. Las fotos no le hacen justicia porque son del día del montaje pero os aseguro que amueblada y habitada ganaba muchísimo, lo que demuestra el buen hacer de los arquitectos del proyecto y el buen gusto de los clientes. Quiero pensar que yo añadí mi granito de arena en la selección de mobiliario y acabados y en la dirección de montaje para que este proyecto tuviese un resultado tan especial.
lnamartinez 